26 febrero 2011

Chico irrita

A bombo y platillo se ha presentado la película de animación "Chico y Rita". Ha sido un estreno lleno de pompa y circunstancia porque detrás de ella está la mano de Fernando Trueba y de Javier Mariscal, dos nombres que venden cualquier producto asociado a ellos y gracias a los cuales el público se está acercando a los cines a ver un largometraje de animación español, lástima que lo que allí encuentren sea un producto tan decepcionante en determinados aspectos aunque fascinante en otros.
La película cuenta la historia de amor y jazz entre Chico, un talentoso pianista cubano, y Rita, una cantante prodigiosa. Es una historia de amor pero también de desamor, de errores y arrepentimientos, muy hermosa pero mal contada.
El protagonista masculino es irritante (Permítaseme por esto el juego de palabras en el título de esta entrada). Su pasividad es tan absoluta que irrita. Apenas si tiene frases de diálogo, parece que si siente ni padece, sólo es un dibujo de relleno en contraprestación con la vital y arrebatadora Rita. Chico es protagonista pero está menos desarrollado como personaje que algunos secundarios, como animado sin ganas por algún animador con la mente perdida en las caderas de Rita.
Decepciona que la historia de amor entre los protagonistas no sea más que una escusa para dar paso a una excelente banda sonora que repasa lo mejor del Jazz de los cuarenta y cincuenta y que en todo momento acompaña a los protagonistas llegando a ser más protagonistas que ellos. Pudo haber sido una gran historia de amor si se hubiera contado con pasión, con ganas.
Sin embargo, pese a los fallos de guión y dirección, Mariscal ha realizado un trabajo soberbio que hace de la película un bellísimo espectáculo visual.
la Recreación de La Habana pre revolucionaria y el Nueva York de los cincuenta es hipnotizante. Un lujo para la mirada que se deleita en los colores, en los detalles de cada escenario, en la pasión puesta por el diseñador en cada fotograma de la película. A pesar de los extraños movimientos de los personajes propios de la rotoscopia y de un cierto abuso del 3d disfrazado de 2d, los dibujos creados por Mariscal son tan bellos, hay tanta luz, tanto gusto por los detalles y el color, tal trabajo de documentación que sólo por eso merece la pena ir a ver la película, para dar un gustazo a los ojos cansados de animación 3d disneyana y similares.
Además, quien esté en estos días en Madrid puede, debe, pasar por la librería Sins Entido y admirar la exposición de originales y bocetos de la película, es magnífica.
Que cada cual saque sus conclusiones, esta es lo que a mi me pareció, pura belleza sin alma pero que está atrayendo al público a ver un largometraje de animación, adulto y español, lo cual ya es un logro enorme.



15 febrero 2011

Camiseta a la venta en Emiika Style

Malasaña es un barrio madrileño plagado de lugares interesantes. Allí hay cafés acogedores, hay librerías de segunda y tercera mano, tiendas de posters antíguos de cine, papelerías que parecen sacadas de algún libro de J. K. Rowling y tiendas de moda y complementos, muchas, pero sobre todas ellas destaca Emiika Style.
Esta tienda está en la Corredera Baja de San Pablo 53, asomándose a la plaza de San Ildefonso.
Es un lugar perfecto para encontrar camisetas, vestidos, complementos y demás artículos entre los que desde ahora se encuentran tres camisetas serigrafiadas con uno de mis dibujos en tres colores diferentes; Negro, azul bic, y blanco sobre negro.
En un dibujo a plumilla que representa un ser mágico, medio árbol medio hombre.
Si os interesa sólo teneis que dar una vuelta por allí para ver como han quedado y llevaros una a casa ahora que se va acercando la primavera.
Aquí os dejo un par de fotografías de las versiones en blanco sobre negro y azul bic.



10 febrero 2011

La habitación de Daniel

Daniel es el hijo de dos de mis mejores amigos que se presentó en este mundo como regalo de navidad.
Cuando llegó a casa, allí le estaba esperando un cuarto propio en el que alguien se había entrenido en pintarrajear las paredes para llenárselas de dibujos con los que entretenerse mientras no tenga más cosa que hacer en el mundo que llorar, comer y mirar a la pared.

Los ilustradores tenemos esa gran suerte, nos piden de mayores que hagamos lo que nunca nos dejaron hacer siendo niños, si es que alguna vez hemos dejado de serlo.

He disfrutado de una forma especial dibujando esas paredes, creando un mundo tricolor lleno de unos seres mágicos que viven en ramas de árbol, que viajan en platillos a vapor o que pescan cestas llenas de frutas desde el marco de una puerta.

Espero que todos esos dibujos que ahoran habitan las paredes de la habitación de Daniel contribuyan a hacer de su infancia un tiempo felíz.

No es la primera vez que decoro un espacio infantil y reconozco que me siento muy a gusto haciéndolo.
Tengo muchas fotografías de mis dibujos, aquí muestro sólo unas cuantas.
Pincha en las imágenes para verlas más grandes.





09 febrero 2011

Abre el ojo

El IED (Instituto Europeo del Diseño) cuenta, entre sus muchas actividades, con la edición de una muy interesante revista online.
Esta revista, que recoge gran cantidad de temas relacionados con el diseño y las artes visuales, es imprescindible para aquellos que nos interesamos por esos temas, para los que vivimos con los ojos muy abiertos porque nos fascina lo visual.
El número diecisiete acaba de ser colgado en su blog. Viene cargado de información y con un contenido especial, una articulito que he escrito para iniciar lo que espero que sea una colaboración contínua y duradera.
Os invito a entrar, descargar la revista y disfrutar de todo su contenido, a ver qué os parece mi colaboración.

03 febrero 2011

Xaudaró, el señor del perrito

Un día de hace ya tantos años que ni recuerdo qué edad tenía, mi abuelo, continuando con su costumbre de desprenderse poco a poco de su nutrida biblioteca dejándola en mis manos, me entregó un volumen que conservaba desde su juventud.
Era un libro viejo, casi desencuadernado, en cuya portada sólo aparecía una palabra escrita en rojo Xaudaró.
Me lo entregó, según me dijo, porque sabía que me gustaban los dibujantes, y ese libro era una recopilación de viñetas de alguién muy conocido para él pero desconocido para mí.
Reconozco que no me gustó mucho al principio, no entendí esa forma de hacer humor, tan alejada de mi época, de mis influencias de la editorial Bruguera y similares, no entendí por qué no usaba bocadillos sino textos al pie ni por qué hablaba de esos temas tan alejados de mi realidad. Fue al cabo de varios años y de muchas relecturas cuando empecé a entender el humor que aquél libro contenía.
Joaquin Xaudaró nació en Filipinas cuando el 17 de agosto de 1872 y fue uno de los humoristas y caricaturistas más celebres entre sus coetaneos. Sus viñetas, que hablaban de la sociedad de la época, de la diferencia de clases, de la tecnología que estaba marcando el ritmo del cambio de siglo, se caracterizaban por un dibujo elegante, limpio y claro.
Xaudaró capturó su porción de siglo, y la encerró en aquellos chistes inocentes, sin maldad, castos y puros que se leían con una sonrisa en los labios y en la mente, disfrutando de su bondad gráfica y de su anecdotario delicioso.
Entre sus dibujos se movían los señoritos y las chachas, las señoras orondas y los niños esqueléticos de familias pobres, los turistas que acudían a la costa a tomar baños de mar y los náufragos rodeados de tiburones, el doctor Voronoff (Pionero de los transplantes) y las flappers descocadas. Pero había un elemento que se repetía en casi todas sus viñetas y que lo distinguía entre los demás dibujantes, un perrito delgado de orejas puntiagudas, tal vez un chiguagua, que como pasando por allí contemplaba las escenas con los ojos muy abiertos y una cierta sonrisa en su boca.
Ahora, un reflujo de la memoria me ha devuelto a Xaudaró, al libro que me regaló mi abuelo y al perrito que estaba en cada página y me ha apetecido compartirlo aquí, para que no se olvide al genial autor.


Dejo algunas de sus viñetas, seguro que la última os recuerda a la obra de otro dibujante español.