21 marzo 2010

Marcapáginas

Creo que ya he hablado alguna vez de Ilustrando.com.
Ilustrando.com es un foro sobre ilustración por definición, pero es más que eso, es una comunidad de ilustradores dispuestos a ayudar, a colaborar, a disfrutar juntos el placer de compartir esta maravillosa profesión y a organizar actividades conjuntas.
Entre esas actividades en común surgió hace tiempo la iniciativa de realizar marcapáginas para intercambio. Esa idea va ya por la tercera edición y creo que corresponde mostrar los marcapáginas que recibí en esta ocasión así como el que yo realicé, como forma de agradecimiento a las muchas satisfacciones que ilustrando.com me proporciona.

Estos son los que recibí, cada uno con un estilo diferente pero igualmente bellos todos:
Y este el que yo envié.
Muchas gracias a todos.
(Click en las imágenes para ampliar)

11 marzo 2010

Terrible

Continuo comentando libros, esta vez con el que he recibido de la editorial "Libros del zorro rojo" y que me parece de gran interés.

Título: Terrible
Texto: Alain Serres
Ilustraciones: Bruno Heitz
Editorial: Libros de Zorro Rojo.

Todos los libros infantiles, al estar destinados para personas que se están formando, que se encuentran en mitad del camino hacia la madurez y, por lo tanto, son auténticas esponjas de conocimiento, dejan una huella importante es sus lectores.
Hay autores que no buscan de forma intencionada dejar esa impronta en su público, tan solo pretenden divertir o entretener, pero otros convierten sus libros en perfectas enseñanzas, para que los niños conozcan el mundo en el que se desarrollan. Este libro es uno de estos últimos, y sus autores lo saben muy bien.
Terrible, es el nombre de un lobo (No podía ser otro animal), un lobo que merece tal apelativo por su comportamiento, es un matón que asusta y amenaza "incluso, a los monstruos más espantosos de la oscuridad". Terrible aterroriza incluso a su esposa y a sus hijos que sufren calladamente su crueldad. Pero Terrible, como todos los adultos, esconde un secreto, y será por un juego de niños, en el momento en que la valentía de los inocentes se enfrente a la crueldad y el secreto se descubra por casualidad, cuando se producirá un cambio que le afectará a él y a los que le rodean.
Con esta historia que empieza dando miedo y que después divierte para acabar emocionando, Alain Serres habla astutamente a los niños del miedo a las apariencias, al ridículo y a lo que los demás piensan de nosotros, siempre tan presente en los adultos hasta el extremo de dominar la vida de algunas personas.
Es este un texto donde no hay nada dejado al azar, todo está calculado para guiar inteligentemente al lector hacia el desenlace, haciéndole pasar por las emociones que experimentan los que sufren el problema que en el libro se expone.
Y por si fuera poco con un texto tan bien narrado, ahí están las magníficas ilustraciones de Bruno Heitz para dar fuerza y vida a los personajes y a la historia.
Para este libro, Heitz se ha apartado de otros trabajos suyos como la serie de Yoyo para realizar unas ilustraciones en apariencia duras, austeras, con un uso del color escaso pero certero, con trazos imperfectos y un uso predominante de la mancha negra.
Pero es esta forma de dibujar la que la historia pide, pues las ilustraciones de Heitz acompañan al texto en su fluir de una a otra sensación sin que halla separación entre uno y otras en ningún momento.
Resulta fascinante ver como las mismas manchas, la misma austeridad y la misma brusquedad gráfica que contribuye a atemorizar a lector en las primeras páginas, divierte a continuación y emociona como conclusión. Es muy dificil para un ilustrador encontrar un estilo que corresponda por igual a tal variedad de sensaciones, pero él lo logra de una forma que está al alcance de muy pocos, sin adornos, sin concesiones, siendo la perfecta expresión del texto en todo momento.
Heitz sabe que el lector de este relato no quiere detalles minuciosos ni florituras de ningún tipo. Este es un cuento sobre emociones, sobre miedo, verguenza, amor y perdón, sentimientos primarios que piden unas ilustraciones igualmente primarias pero con una capacidad narradora increible.
En definitiva, este es un libro recomendable para un público infantil y adulto por igual, a todos nos llega, pero en especial para esos niños que piden un cuento diferente cada día, que están aprendiendo a ser adultos y a no cometer sus mismos errores.


La portada y una doble página con las ilustraciones de Bruno Heitz.