Este cartelito estaba en uno de los supermercados más antíguos de Ciudad Real.
En cuanto lo ví le pedí a la cajera que me lo prestara para escanearlo pues me pareció una pequeña joya.
El cartel no se habría movido de las alturas en las que estaba desde hace quién sabe cuantos años y tenía acumulada una capa de polvo impresionante. Creo que mereció la pena con tal de tener una reliquia de arte popular como esta, lástima que el anónimo artista no firmara con fecha.
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