07 agosto 2010

Valladolid 2010

Hoy mismo he regresado de Valladolid donde he asistido a Ilustratour 2010.
Ya está, se ha acabado un año más, al menos para mí pues otros estarán allí dos semanas, y aún no he asimilado todo lo que he vivido.
De nuevo me he sentido un privilegiado, por pasar una semana con Rebecca Dautremer, tratándola de tú a tú, escuchando sus consejos, viendo sus originales, admirado ante la maestría de alguien muy grande en la ilustración pero tan humilde que nos pidió a sus alumnos que le criticáramos el trabajo que tiene en proceso. Una bellísima persona que nos ha dejado a todos una huella imborrable.
Un privilegiado por conocer a Istvanch y a Delphine Durand, por ver como trabajan y como son.
Privilegiado por conocer a mucha gente maravillosa de la que he aprendido tanto como de los profesores.Privilegiado por poder compartir esta semana con los mejores compañeros del año pasado (alguno ha faltado) con los que me he sentido como en familia.
De nuevo la experiencia ha sido enriquecedora y revitalizadora, salgo de allí con las pilas puestas, con un punto de nostalgia en el corazón y pensando ya en volver el año próximo.
Gracias a ilustrarte por haber montado algo tan grande, gracias a todos.

Algunas fotografías:
Este fue mi espacio de trabajo y la que aquí se ve, mi ilustración. Una versión muy particular de la oruga de "Alicia en el país de las maravillas" que creció y evolucionó desde mi idea original gracias a los sabios consejos de Rebecca. He quedado muy satisfecho con el resultado.
LLegar el primero me permitió fotografiar el taller vacío. Algo totalmente inusual pues siempre estaba lleno de gente trabajando y de los que se acercaban a que firmara Rebecca sus libros. A la ineludible tarea de las firmas tuvo que dedicar gran parte de su tiempo por la enorme cantidad de libros que por sus manos pasaron. Un momento de la exposición final, en la biblioteca del Patio Herreriano, con todos los trabajos expuestos y todas las bocas abiertas anta tanta calidad que hubo en los talleres. Incluso en el taller de Delphine Durand hubo algún personaje que cobró vida fuera del papel.