27 octubre 2009

La cocina de noche

La biblioteca infantil de mi ciudad me sigue proporcionando alegrías y creo que lo seguirá haciendo durante un tiempo.
La ultima merece, a mi juicio, una reseña de las que llevaba tiempo sin postear.

Título: La cocina de noche.

Texto e ilustraciones: Maurice Sendak.

Editorial: Alfaguara.

No creo que a esta altura ningún amante de la ilustración y la literatura infantil desconozca quién es Maurice Sendak.
Todo el mundo ha leido u oido hablar de "Donde viven los monstruos", su obra culmen, pero poca gente conoce otras obras de este autor como la que ahora comento.

Este libro se publicó en 1970 (La edición a la que yo he accedido es de 1987) y cuenta la historia de Mickey, un niño que sueña que vive una aventura en la cocina de su casa.

Las similitudes con el texto de "Donde viven los monstruos" son grandes. Aquí también hay un niño que se porta mal, que grita y alborota sin que nadie le de su castigo ejemplarizante (cosa casi impensable para la época), el niño travieso se sale con la suya y acaba plácidamente dormido, de nuevo de forma similar a "Donde viven los monstruos", después de haber disfrutado haciendo lo que le apetecía, no lo que le mandaban.
Para contar esta historia, Sendak elige una estética que en cada momento recuerda al Little Nemo de Winsod McCay; Los colores, la cama del niño, el contenido onírico, las líneas, todo parece haber sido dibujado por el genial McCay aunque sea obra magistral de Sendak.
Es una delicia pasear la mirada por las ilustraciones, recrearse en los edificios hechos de tarros y botes, divertirse con los tres cocineros que tienen la cara de Oliver Hardy, descubrir detalles y referencias.
Cuando se publicó, este libro estuvo rodeado de una ridícula polémica.
Mickey aparece desnudo, mostrándose de forma clara sus genitales, y eso no gustó a las mentes más conservadoras de la época, llegando muchos libreros a tapar las "impucidias" con cinta correctora. Curiosamente, y como suele ocurrir, los censores se quedaron en lo superficial y no supieron descubrir las segundas y terceras lecturas.
El mismo Sendak confesó en una entrevista a la National Public Radio que los bigotes de los cocineros recordaban a Hitler y que las referencias al horno donde están a punto de cocinar al protagonista hacen alusión a los campos de concentración (
Wikipedia dixit).
Me sorprende mucho ese comentario del autor y me cuesta creer que se mezcle la literatura infantil con esas connotaciones, pero él proviene de familia judía y puede que sea verdad, aunque así me resisto a creerlo.
En definitiva, el libro es hermoso, divertido y agradable de ver y leer.
Lo recomiendo si es que está disponible en alguna librería.


Portada
Los cocineros (Oliver Hardy al cubo)
Mickey alborotando con sus verguenzas al aire.
La cama de Mickey, ¿O la de Nemo?
(Click para agrandar)

21 octubre 2009

Proceso

Sigo dibujando sin usar el ordenador, cada vez son mayores mis ganas de probar diferentes técnicas y de conseguir una buena colección de ilustraciones hechas a mano.
Tanto disfruto con ello que se me ocurrió compartir aquí el proceso de elaboración de una ilustración. No es un tutorial ni nada parecido, sólo una selección de momentos de todo el trabajo.
Perdonad si no os interesa y perdonad también la mala calidad de las fotos, pero es que en mi espacio de trabajo la luz es muy mala.
Todo empezó en una reunión en la que, aburrido, empecé a dibujar. Alguien mencionó algo que me recordó a Pinocho y empecé a dibujar al personaje aunque pronto mi mano, rápida, libre, casi sin control, se fue hacia otro personaje del texto de Collodi, el Zorro.
Como me gustó lo que salió me plantee hacer un dibujo acabado representando el momento en que el zorro y el gato conocen a Pinocho y lo llevan por el mal camino, y de allí salió este boceto.
Primer fallo, el dibujo del zorro está bien acabado en el boceto pero no así el del gato y especialmente el de Pinocho, de allí que después, al usar la mesa de luz, tuviera que dibujar de nuevo al personaje y, al usar un lápiz muy duro, inconscientemente apreté sobre el papel para obtener los trazos correctos, con lo cual posteriormente esos surcos quedarían marcados pues allí no fija el lápiz de color, mientras que el zorro y el gato lo resolví con líneas ligeras que no dejaron marca alguna.
A continuación preparé los materiales para hacer el fondo que resolví con una acuarela bastante aguada para los edificios y algo de cielo. Por cierto, el resto de objetos que aparecen en las fotografías están siempre en mi escritorio pues no dispongo de más espacio. Ah, la mosca es una amante del arte que me visitó ese día.
Con lápices acuarelables Milan y lápices de colores Alpino (Lo siento, no tenía mejores marcas a mano, apunto comprar una caja nueva porque estos son muy malos, especialmente los Alpino) comencé a dar forma al zorro.
El lápiz es perfecto para este tipo de dibujo pues las líneas semejan el pelo e incluso el tejido de la ropa.
Después de un rato el personaje estaba acabado.
A continuación tapé con un trozo de papel el zorro para no ensuciarlo y comencé a dibujar al gato. Las líneas del dibujo estaban más marcadas y empezaban a notarse al dar color en forma de líneas blancas, apunto esto para que no se repita.
Acabado el gato el dibujo empieza a tomar forma y me gusta.
Cuando había comenzado a Pinocho, oh catástrofe, una gotita de agua cayó sobre el papel. Vencido por las prisas, intenté apartarla con la mano sin recordar que estaba manchada de grafito, con lo que se produjo un borrón. Intenté eliminar el borrón con la goma de borrar y sucedió la catástrofe pues el papel húmedo se dañó.
Acabado el dibujo de Pinocho (La parte que menos me gusta) pensé en como repararlo pues no tenía ganas de empezar de nuevo; Ni el lápiz de color ni la acuarela podían tapar el desperfecto, sólo se me ocurría hacerlo con acrílico. Esbozé unas ramas de un árbol y ví que podía quedar bien.
Una vez aplicado el acrílico y acabados los detalles como Pepito Grillo y sombras de la nieve, el dibujo estaba completo.
Y esto es todo, espero que haya resultado interesante.
Hasta la próxima.

(Click en las fotografías para ampliar)

12 octubre 2009

Colaboraciones

Me fascina internet, no sólo como herramienta de trabajo o como un espacio para promocionar mis ilustraciones y diseños.
Hace tiempo que la red se ha convertido en un punto de encuentro entre personas con intereses afines, un sitio para compartir y para aprender, y a eso han contribuido en gran medida los blogs.
Guardo entre mis favoritos multitud de direcciones de blogs de otros artistas a los cuales consulto con frecuencia para estar al tanto de su trabajo y para aprender, pero en ocasiones la web deja de ser algo pasivo y hay ocasión de participar de forma activa, como en estos dos ejemplos.
Gustavo Aimar es un ilustrador argentino al que admiro y del que pudisteis leer una entrevista en este blog.
Cada més de octubre, coincidiendo con el aniversario de su blog, Gustavo propone a sus seguidores que intervengan un dibujo suyo o algo similar.

En esta ocasión ha pedido un dibujo que tenga como dimensiones 3 x 3 centímetros, así de pequeño, y sin hacer trampa con técnicas digitales, para ir colgándolos en un blog que ha creado con tal fin.
Es la primera vez que tengo que dar color con una lupa y me lo he pasado en grande con mi colaboración que Gustavo no tardará en colgar.

L'elefant trompeta es un blog en catalán dedicado a la literatura infantil. Un lugar estupendo para conocer el origen de los cuentos populares, para descubrir autores y para disfrutar en general de esta pasión común.
Este blog tiene una simpática mascota que le da nombre, y de vez en cuando algún ilustrador se deja caer con su versión del elefante con resultados muy interesantes.
A mi me picó el gusanillo y envié el mio.
Tanto debió gustar que no sólo lo han publicado, sino que me han hecho una preciosa entrevista y han hablado de mi trabajo, con lo que me siento más ancho que largo.
Este tipo de iniciativas no aportan fama ni dinero, pero hace que se forme una comunidad de ilustradores, de personas que dibujan por placer y que están dispuestas a compartir su obra. Que dure mucho tiempo y que viva Internet.