La ultima merece, a mi juicio, una reseña de las que llevaba tiempo sin postear.
Título: La cocina de noche.
Texto e ilustraciones: Maurice Sendak.
Editorial: Alfaguara.
No creo que a esta altura ningún amante de la ilustración y la literatura infantil desconozca quién es Maurice Sendak.
Todo el mundo ha leido u oido hablar de "Donde viven los monstruos", su obra culmen, pero poca gente conoce otras obras de este autor como la que ahora comento.
Este libro se publicó en 1970 (La edición a la que yo he accedido es de 1987) y cuenta la historia de Mickey, un niño que sueña que vive una aventura en la cocina de su casa.
Las similitudes con el texto de "Donde viven los monstruos" son grandes. Aquí también hay un niño que se porta mal, que grita y alborota sin que nadie le de su castigo ejemplarizante (cosa casi impensable para la época), el niño travieso se sale con la suya y acaba plácidamente dormido, de nuevo de forma similar a "Donde viven los monstruos", después de haber disfrutado haciendo lo que le apetecía, no lo que le mandaban.
Para contar esta historia, Sendak elige una estética que en cada momento recuerda al Little Nemo de Winsod McCay; Los colores, la cama del niño, el contenido onírico, las líneas, todo parece haber sido dibujado por el genial McCay aunque sea obra magistral de Sendak. Es una delicia pasear la mirada por las ilustraciones, recrearse en los edificios hechos de tarros y botes, divertirse con los tres cocineros que tienen la cara de Oliver Hardy, descubrir detalles y referencias.
Cuando se publicó, este libro estuvo rodeado de una ridícula polémica. Mickey aparece desnudo, mostrándose de forma clara sus genitales, y eso no gustó a las mentes más conservadoras de la época, llegando muchos libreros a tapar las "impucidias" con cinta correctora. Curiosamente, y como suele ocurrir, los censores se quedaron en lo superficial y no supieron descubrir las segundas y terceras lecturas.
El mismo Sendak confesó en una entrevista a la National Public Radio que los bigotes de los cocineros recordaban a Hitler y que las referencias al horno donde están a punto de cocinar al protagonista hacen alusión a los campos de concentración (Wikipedia dixit).
Me sorprende mucho ese comentario del autor y me cuesta creer que se mezcle la literatura infantil con esas connotaciones, pero él proviene de familia judía y puede que sea verdad, aunque así me resisto a creerlo.
En definitiva, el libro es hermoso, divertido y agradable de ver y leer.
Lo recomiendo si es que está disponible en alguna librería.
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