Adrián es el hijo de dos de mis mejores amigos, y en cuanto vino al mundo reclamó una habitación propia, pero no una habitación cualquiera sino una diferente y única, y ahí es donde intervine yo.
Para decorar la habitación en la que Adrián pasaría su infancia, !Qué responsabilidad!, dibujé una orquesta de pajaros músicos, pues la música está muy presente en su familia.
Disfruté de una forma especial mientras les daba forma y color, mucho color, y más he disfrutado al verlos por fín colocados en las paredes de la habitación, impresos y recortados en tela adhesiva.
He quedado muy satisfecho con el resultado, al igual que los padres de Adrián y él mismo, que según me cuenta se queda embobado con sus compañeros de cuarto.
Me encantaría hacer más ilustraciones de este tipo, tal vez para decorar un hospital infantil o una biblioteca, en fin, todo se andará.
Estas son algunas fotos tomadas durante un concierto pajaril en ausencia de Adrián.





